La noticia es sorprendente. La Administración asume como normal que se cometan excesos. Mal médico sería el que cada vez que un paciente acude con dolor en un dedo le corta el brazo. Por si acaso, seguro que ese dedo ya no le duele más… Así actúa la Administración, no sólo en Sevilla. En otras comunidades también. Una sentencia reciente condena a la Generalitat de Cataluña a pagar un millón de euros, otra a devolver un niño… Es necesario recuperar la «humanidad» de todos estos técnicos y responsables políticos. Que de verdad sea el interés del menor (y no la seguridad profesional u otros criterios) los que presidan sus actuaciones.
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Flaco favor le hace la sñra consejera a los niños andaluces con esa forma de pensar, el dia 28 de diciembre puede celebrarlo…La frasecita » prefiero pecar por exceso…» tiene tela.
Considero que los niños ( victimas inocentes) no son objeto de probatinas de nadie, hay que actuar con responsabilidad, exquisitez, profesionalidad y con todos los medios necesarios, para que no salgan dañados de los procesos en los que intervienen los S.S: cosa que en la actualidad no ocurre.