En APRODEME conocemos muchos testimonios de familias que han sido acogedoras de un menor y se han sentido maltratadas por la Administración, utilizadas como meros instrumentos. Y luego nos extraña que no haya familias acogedoras. Aquí tenéis uno de estos testimonios, el de Judit Salazar (jmhsalazar@gmail.com)
«Con 42 años, tras ciertas dificultades para ser madre decidí adoptar, fui al ICAA (Institut Català de l’Acolliment i de l’Adopció) y me comentaron que adoptar en Catalunya menores de menos de 7 años era complicado. Mi ilusión era adoptar una niña de 2/ 4 años por creer que la crianza sería más fácil, pero tampoco me importó la idea de adoptar un niño de 7 años el cual estaba en disposición inmediata.
No pasó ni un día de mi decisión de adoptar el niño de 7 años que los gestores – psicólogos del ICAA ( David y Paola) me aconsejaron la acogida Indefinida de una niña de 4 años recién cumplidos (año 2010). Recuerdo que yo fui muy sincera, insistí en que quería ser madre y no entraba en mis planes competir con ninguna madre biológica con intención de recuperar a su hija y si así era que prefería intentarlo con el niño de 7 años. En INTRESS (una de las entidades privadas que colaboran con la Administración) me argumentaron que M. ( la niña de 4 años en acogida) era uno de los casos excepcionales de la DGAIA en los que ciertos niños no pueden ser adoptados por cuestiones legales pero tampoco pueden volver con la familia biológica por estar demasiado desestructuradas y con incidencias graves sobre los menores (malos tratos y abusos), en definitiva me vendieron el argumento de la lástima, que la niña estaba entrando en una depresión y era urgente encontrarle una familia. La única condición era que debía de tener visitas espaciadas con la familia biológica y que con el tiempo estas visitas se debían espaciar todavía más.
Mi pareja en aquel entonces y yo decidimos seguir adelante con el proceso de acogida indefinida / permanente de M.
Mi rol según ICAA y DGAIA sería de madre de acogida teniendo responsabilidades sobre la niña y también decidir sobre lo que fuera mejor para ella .
A los quince días de tener a M. ya me llamaba mamá, una niña llena de traumas y una ansiedad descontrolada, tenía pesadillas referentes a sus abusos (había sufrido juegos sexuales -.. me decía » mami chupame la vulva » .. se despertaba desconsoladamente llorando sin parar y decía que tenía una piedra en la vulva y le dolía, etc, etc. ).
Con todo este parte pedí responsabilidades al ICAA porque no me informaron correctamente del caso de M. y además no era comprensible que con estos antecedentes tuviera que ver cada mes a su familia biológica. Esta forma de proceder de ICAA-INTRESS-DGAIA y todos los organismos implicados le potenciaron a M. su trastorno de conducta de personalidad límite.
A los 13 años M. se negó a ir a las visitas con la familia biológica por iniciativa propia y por prescripción médica, (ante la negligencia de la administración al pasar por alto el bienestar psíquico de M. yo recurrí a los especialistas de la sanidad privada).
Durante la pandemia del 2020 M. tuvo una crisis de trastorno de conducta provocada por el confinamiento. Yo como madre responsable contacté con el psiquiatra que la atendía desde los 5 años y me aconsejó que llevara a M. a Sant Joan de Déu donde tras una exploración psiquiátrica y teniendo en cuenta que todavía estábamos confinados me aconsejaron que llevara a M. al CSMIJ ( centro terapéutico público ) o bien a un centro privado que sería lo mas rápido . Finalmente la ingresamos en Ita ( centro terapéutico privado).
Paralelamente yo informé al ICAA, INTRESS y a DGAIA.
Al cabo de unos dias de estar ingresada M. en Ita me retiran la autoridad sobre la niña, me entero de que mi contrato como madre acogedora de «acogimiento permanente » no está en vigor y que yo solo soy una cuidadora y que como «cuidadora» no tengo ninguna autoridad para decidir sobre M. , cuando mi interés fue preocuparme del bienestar de M. pagando yo todo el tratamiento en Ita. En ese mismo momento me pusieron en el saco de las madres maltratadoras y que si quería recuperar a M. tendría que hacer terapia.
El 31 de agosto del 2020 los terapeutas de Ita le dan el alta a M. para volver a casa y retomar su vida con normalidad, y el 3 de septiembre los «Geos «de la DGAIA secuestran a la niña y se la llevan a un CRAE (Crae LLuna de Palleja ). Afirman en un informe que la niña no quiere ir con la Acogedora (dicha afirmación no es validada por los terapeutas de Ita, ni siquiera nadie de la DGAIA habló con M.). Fue un informe adulterado que el juez en el juicio dio por bueno (el juez no quiso implicarse ).
Tras el ingreso de M. en el CRAE fue un infierno , no nos dejaban ver ni comunicarnos con M., le quitaron el teléfono, fue la niña la que contactó con nosotros por instagram… empezaron sus fugas, volvía a casa y al cabo de unos minutos teníamos a los mossos en casa … fue humillante y muy traumático …tras un atestado que hicimos en fiscalía, M. denunció al CRAE Lluna por malos tratos y conseguimos que la llevaran a otro CRAE (Alba de Tortosa). En esta residencia tenía demasiada libertad hasta el punto que ni la obligaron a seguir con sus estudios de la ESO, conoció a una banda gitana, se dejó influenciar por malas compañías y sus fugas del CRAE eran constantes hasta que cumplió los 18 años hace ya 8 meses.
M. a día de hoy es una adolescente perdida, traumatizada y con un trastorno de conducta más consolidado por la negligencia de la DGAIA. Sigue con malas compañías, quiere cambiar pero no tiene fuerza. Yo, Judit Salazar, su madre de acogida sigo luchando para encontrar justicia pero el mal ya está hecho .
Solo quiero hacer una aportación más y es que nadie en este país acoja a ningún niño excepto aquellas familias con intereses económicos, es decir familias que estén de acuerdo con las políticas del sistema, acogimientos familiares que no van más lejos de utilizar a los hogares como CRAES individualizados a cambio de unos ingresos mensuales (acogimientos simples , de diagnóstico , etc..)
Para acabar me permito enumerar a algunas de las personas de la DGAIA ( ICAA, INTRESS, EAIA, con la colaboración de Sataf ) implicadas en este testimonio :
– Esther Cabanas .
-Sara Torregrosa
-Ainha Oms
– Dolors Prats
– Ruth
-Jurista de DGAIA en juicio
Gracias por leer mi testimonio , espero que mi aportación sume a otros casos con la finalidad de reformar el sistema de una vez por todas y que tanto los niños tutelados como las familias dejen de sufrir.»
(Los testimonios recibidos en APRODEME se reproducen en este apartado de la web íntegros y tal como llegan, sin modificar nada. Cualquier persona aludida puede ejercer su derecho de réplica, que será así mismo publicado)
Hola, nosotros somos una familia mas destrozada por los servicios sociales. Por la lectura de muchos testimonios siempre actuan igual, ante un problema con un menor sea lo que sea, culpabilizan a la familia y lo retiran. Nuestro caso lleva dos años y medio en el juzgado de primera instancia y aun no se ha celebrado juicio, parece como si lo retrasaran lo máximo posible.
En nuestro caso se junta bulling, maltrato institucional. Veremos si los jueces hacen la vista gorda a todo o ponen de su parte.
tenemos la idea de narrar la experiencia en un libro para compartir lo que hace servicios sociales con las familias, a parte de destrozarlas, claro.
Hola José, mi marido y yo nos sentimos exactamente igual que tú/vosotros. También con ganas de plasmarlo todo por escrito con el fin de preservar nuestra salud mental. Nos sentimos como una familia intervenida e inmisericordemente maltratada.
Espero que una año más tarde os sintáis mejor. Imagino que la justicia habrá tomado parte favorable hacia la Administración. Así nos han asesorado: los jueces van a apoyar la valoraciones técnicas (justas o no).
Saludos
Tenéis abogado para defenderos de la EAIA?
Un saludo
BEATRIZ
Hola Judit,
Gracias por tu testimonio. Desgraciadamente creo que es más que habitual que los servicios de infancia traten así a las familias y a los menores que dicen proteger. Yo tuve mi experiencia en los servicios de infancia de la Diputación Foral de Bizkaia y fue algo similar. Te engañan y te utilizan como un recurso, sin ninguna otra consideración, y no tienen empacho en perjudicar a los menores, sin hacerse responsables de nada. Afortunadamente en mi caso di, después de muchas vueltas, con una juez sensible que les puso en su sitio y permitió que mi hijo tuviera la protección que realmente necesitaba, ajeno a otros intereses de la entidad. Pero por mi trabajo, veo con mucha frecuencia expedientes pésimamente gestionados y menores destrozados tras pasar por el sistema. Creo que lo más desesperante es la falta de crítica, propia y ajena, pues ni la entidad admite errores ni se plantea cambios, ni los jueces y fiscales actúan como control.
No pierdo la esperanza de que con personas valientes y luchadoras como tú, todo caiga algún día, pero será muy tarde para tantos menores que han visto su vida destrozada y sus familias.
Un fuerte abrazo y muchísima fuerza. Ojalá M. y tú podáis tener algún día la paz que necesitáis.
Hola Judit,
El teu testimoni m’ha deixar estabornida i, malgrat sovint fa mandra o es posposa per un després q no arriba mai, en aquest cas no puc menys que escriure’t i donar-te tot el meu suport! Gràcies pel teu coratge de compartir la teva horrible experiència amb tots els ets i uts (sovint l’anonimat només fa q diluir la responsabilitat de les persones culpables).
La meva experiència amb les diferents entitats involucrades (ICAA: Dolors Prats, DGAIA/EFI-II, jurista Judit Monge, EAIA: «Carmen» i «Carol», IRES: Carme Moya i Raül Martínez) ha estat igual de terrible (tanquem el Sense Ficció «Desemperats» del maig de 2008: https://www.facebook.com/senseficcio/posts/la-beatriz-ortigosa-vallejo-celebra-amb-la-fam%C3%ADlia-amics-i-la-teresa-dafabar-ass/1842266079145723/).
Una abraçada, BOV