Hamza Iouazgui era un joven que había sido tutelado por la DGAIA y se ha suicidado. Al cumplir los 18 la Administración ya no quiere saber nada.
Es una más de las incongruencias del sistema de protección. Cuando muchas madres y padres luchan por sus hijos, a los que no pueden ver porque la DGAIA les retira la tutela, la respuesta es que se esperen a los 18 años, que como para entonces la DGAIA ya no tiene competencias por ser mayores de edad, entonces los podrán ver.
Esa es, por ejemplo, la respuesta que me están dando a mí desde hace casi 12 años (y eso cuando responden): que me espere a los 18 años.
No entienden que para entonces el mal ya está hecho, que el daño a ese menor es muchas veces irrecuperable, como en el caso de Hamza.