El Consejo de ministros ha aprobado el anteproyecto de ley para la protección de la infancia. Una buena ley (como casi todas) aunque habrá que esperar a su desarrollo y aplicación. Muchas de las cosas que se plantean ya se podían hacer en el actual marco legislativo, por ejemplo que ningún menor de 3 años haya de estar en un centro.
Una de las novedades más importantes hace referencia a la «adopción abierta»: el adoptado podrá mantener contacto con su familia de origen, por supuesto con las autorizaciones adecuadas y el visto bueno de los implicados. Es una buena medida porque normalizará situaciones que se dan, que los menores pueden vivir con total naturalidad, en ocasiones mucho más que los adultos.
El derecho de los menores de 12 años a ser oídos, la agilización de trámites, o la clarificación entre situaciones de riesgo y desamparo son otras novedades importantes.