Artículo de Paula Ballesteros sobre el increible caso de Piedad. Ver artículo completo
PIEDAD YA NO RECIBE VISITAS DE SU MADRE. SE HA ROTO LA CONDICIÓN POR LA CUAL DEBE SEGUIR INTERNADA EN UN CENTRO DE PROTECCIÓN.
La espiral de despropósitos y fracasos de las instituciones continúa en torno a la niña «Piedad», y ahora lo protagoniza la noticia de la ruptura de comunicaciones con su madre biológica, que ya no va a verla debido al deterioro personal y social que padece, lo que agrava su anterior condición de incapacidad para tenerla consigo, finalizando una relación que parece irreversible.
El Juzgado de Familia nº 3 de la capital grancanaria había decidido en noviembre 2010 desestimar el cese del desamparo institucional que solicitaba la letrada de la madre biológica, decidiendo asimismo que la niña continuara en el centro de protección, permitiendo las visitas de la madre por el vínculo afectivo existente entre ambas.
En la práctica eso significaba convertir a Piedad en cautiva y rehén a cuenta de un vínculo que expertos consideran desnaturalizado y pernicioso si no se desenvuelve inmerso en un intercambio comunicativo entre padres e hijos de carácter positivo y beneficioso para la estabilidad y crecimiento madurativo del menor, que no es el caso de Piedad, en cuanto que, además, los propios informes reconocían desajustes en su evolución afectiva y emocional, sobre todo en la expresión de sentimientos de carácter negativo, estableciendo con su madre «un vínculo emocional» que no era sano, entre otras razones, porque Piedad ha terminado por asumir un «rol protector» que no le corresponde a su edad.