Estos días el Instituto Catalán de Adopción daba el dato de que 72 familias, desde el año 2000, han “devuelto” a sus hijos adoptados por no poder hacerse cargo. Nada dice de las familias biológicas que hacen lo mismo, o de las retiradas en el momento de nacer. Lo que sorprende es la conclusión: hay que revisar, o sea “endurecer” los requisitos para ser declarado idóneo.
¿Por qué siempre se acaba culpabilizando a las familias de un sistema que tiene serias lagunas? Lo mismo ocurre con el acogimiento de menores de 6 años, que se pretende que no estén en centros sino en familias. Muchas que lo intentan se sienten maltratadas, todo son pegas. No puede ser que familias que quieren adoptar o acoger en Cataluña aborden este proceso con miedo a años de burocracia.
Mientras no cambien algunas cosas de raíz en esta Administración, y además de papeles haya un poco de humanidad, ni adopción ni acogimiento funcionarán bien. Y la víctima, el menor.
Publicado en «La Vanguardia» y en «El Periódico»